Visita la Gran Piedra: la cima del Oriente en Santiago de Cuba

La piedra más grande a mayor altura del mundo está en Santiago de Cuba, un hecho que ha sido avalado por el libro de Records Guinness y que enorgullece a los habitantes de la zona.

Se trata de La Gran Piedra, una enorme roca de brecha volcánica, de 51 metros de largo y de 25 a 30 metros de ancho, que se encuentra en la cima de una montaña a 1 225 metros de altura sobre el nivel del mar, y que, según se ha calculado, pesa 63 000 toneladas, aunque nadie se ha atrevido a moverla.

Este es un conocido mirador natural desde donde se observa la Sierra Maestra, pero también el mar suroriental de la Isla, y, a lo lejos, parte de la ciudad de Santiago de Cuba, una mezcla de paisajes y sensaciones que la han hecho famosa, pues hasta se dice que en las noches despejadas se pueden ver las luces de Haití, a solo 90 kilómetros.

A sus pies, además, encontramos el Paisaje Natural Protegido de la Reserva de la Biosfera Baconao, y el recorrido hasta el curioso mirador posado en la cima de la montaña trae placeres como observar la flora endémica y la privilegiada fauna, pues allí viven todo tipo de hermosas plantas y aves.

Sin embargo, lo más atractivo de La Gran Piedra es el misterio que la envuelve, pues muchas teorías existen alrededor de la roca, que se divisa desde lejos y que parece colocada en su pedestal por alguna mano misteriosa.

Una de leyendas de su origen es la que dice que está allí debido al impacto de un meteorito que cayó hace millones de años en el territorio oriental, otros comentan que fue dejada por extraterrestres.

La historia que parece más verídica en la actualidad es la de que su nacimiento se debe a la explosión de un antiguo volcán submarino que lanzó con fuerza la roca por encima de la montaña en la que hoy se encuentra.

Lo que sí es cierto es que este Monumento Nacional es un imán para los viajeros, pues cada año miles de personas de Cuba y de todo el mundo se unen al paseo que comienza desde la base de la montaña, que lleva a recorrer los 452 escalones incrustados en la ladera, y que cuenta con tres descansos diseñados para descansar.

El ejercicio será recompensado con la espectacular vista, imponente en todos los sentidos, pues nos recuerda que la naturaleza tiene el poder de hacernos sentir pequeños, ya que ella sola es capaz de colocar una roca enorme por encima de una montaña, para dejarnos sentir la experiencia, quizás instantánea, de que estamos en la cima del mundo.